Una historia de ficción



Era imposible que no pudieran ganar la guerra… Los vikingos se quedarían aquí a aprovechar nuestros alimentos y agua…
No pudimos evitar caer en su influencia… nos apropiamos de sus tradiciones, algunas cuestionables, como agasajar a sus hechiceros… Orgullosos de su blancura, conscientes de su número, la única debilidad real que tenían era poseer una tierra que todos ambicionaban. Pero sabían cómo enfrentar la invasión: contaban con dragones… Por ellos, se consideraban mejor que los demás pueblos. No solo eran su defensa, sino también su medio de transporte y carga.
Hicieron del norte de nuestro continente su imperio… su fortaleza…  hasta que un siglo después la gran epidemia los obligó a irse sin dejar rastro de su civilización.
Stefano Vanoni, II Bachillerato A
3 de octubre 2017

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